Algunos son tan pequeños que hasta caben en la palma de una mano. También pueden ser extra grandes, pero esos se ubican entre el brazo y el torso, lo que permite manejar sin muchos malabarismos una copa en algún cóctel. Otros, pueden parecer una joya, cubiertos por piedras o por diminutas lentejuelas brillantes. Los clutchs (antes se les decía sobres) han dejado de ser un simple accesorio destinado a fiestas de lujo. Ahora se lucen en las calles, en las reuniones dentro de cuatro paredes y han destronado a los bolsos con manija. Es posible que su éxito entre las mujeres haya tenido que ver con un cambio de pensamiento: ahora ellas quieren llevar a mano lo imprescindible.
Los clutchs en forma de bombonera o rígidos son exclusivos para fiestas, porque resultan la opción más elegante para complementar tu look. La mayoría suelen ser metálicos o incorporan pequeñas aplicaciones de pedrería. La marca Alexander McQueen fue la pionera en diseñar un broche de agarre, que funcionara también como anillo (ver foto del bolso verde con dorado). Estos diseños rígidos recibieron gran publicidad y prestigio luego de que Judith Leiber (ver recuadro) los trabajara con cristales austríacos, oro y les diera forma de animales, cup cakes, corazones, moños, flores o frutas. Cada diseño de Leiber cuesta cerca de U$S 3.000.
Los grandes
También le dedicaron espacio a sus colecciones diseñadores como Roger Vivier, Carolina Herrera, Gucci, DKNY, Zara y hasta Chanel (a pesar de que Cocó Chanel, creadora de la casa francesa, le puso cadenas a los bolsos para dejarles las manos libres a las mujeres).
Discretos, coquetos, brillantes, cómodos y versátiles. A la hora de hablar de complementos, parece que la tendencia en la actualidad dicta que menos es más. Quizás por eso la moda de los bolsos de mano o clutch haya florecido tanto en los últimos años.